martes, 24 de mayo de 2016

Zipi y Zape

Nosotros, como maestros de primaria, queremos que nuestros alumnos adquieran la destreza de escribir bien. Pero para ello, deben aprender unos mecanismos que les ayuden a hacerlo correctamente. Y uno de esos mecanismos es encontrar la relaciones lógicas entre las ideas que se presentan en un escrito, para luego poder expresar sus propias ideas de forma coherente también. Así pues, para descubrir que en todas las historias existe una secuencia lógica, una de las actividades que se pueden realizar en clase para los alumnos de primaria (5º o 6º de primaria) es trabajar con los TBOs de toda la vida. Así, a la vez que practican la comprensión lectora y la expresión escrita, conocen también los personajes más populares de las viñetas españolas. En esta actividad, en concreto, nos vamos a  acercar a las aventuras de Zipi y Zape.
Si el profesor quiere tener información sobre cómo se realizan los cómics para poder hacer una taller en clase, por ejemplo, (desde que la idea se gesta en la cabeza hasta que se pone sobre un papel el dibujo y los textos) puede echar mano de la siguiente página: http://www.actiludis.com/wp-content/uploads/2009/02/comics.pdf . En ella encontrará información y ejercicios sencillos y agradables para sus alumnos sobre cómo se realizan los TBOs.

La actividad concreta que proponemos nosotros es la siguiente:
Los alumnos se van a organizar por parejas, y a cada una de esas parejas se les va a proporcionar una serie de viñetas de un cómic de Zipi y Zape desordenadas. Cada pareja tendrá una secuencia diferente a la del resto de sus compañeros. Entonces tendrán que ordenar sus viñetas hasta que encuentre la secuencia lógica de la historia que cuentan. Una vez conseguido, cada alumno deberá escribir en su cuaderno la historia que se cuenta en el cómic utilizando, como mínimo, cinco de los elementos de relación que el profesor escribirá en la pizarra.


Los conectores que pueden emplear los alumnos son los siguientes:
- pero
- sin embargo
- y (e)
- no obstante
- de repente
- es decir
- o (u)
- además
- también
- porque
debido a
- gracias a
- ya que
. con la condición de que
- entonces
- a pesar de
...

Los alumnos pueden utilizar también otros conectores que no aparezcan en la lista y que crean apropiados.

Aquí os adjunto dos ejemplos de viñetas de Zipi y Zape que podrían servir para realizar el ejercicio. El profesor debería fotocopiar las viñetas y recortarlas para dárselas a los alumnos desordenadas: 

Secuencia 1: 





Secuencia 2: 









Esta actividad se puede realizar en una primera sesión. En la siguiente sesión, el profesor repartirá a sus alumnos las fotocopias de todas las viñetas con las que los alumnos han trabajado pero ya ordenadas. Un miembro de cada pareja leerá en voz alta su escrito y el resto de compañeros deberá elegir cuál es el TBO que está contando. Así, todos terminarán trabajando y conociendo todos los cómics de sus compañeros de clase.

La importancia de saber resumir

Después de haber leído el capítulo ¿Qué es el proceso de composición? del libro Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir de D. Cassany me he dado cuenta de que a la hora de ponernos delante de un texto y crear nuestro propio escrito, no sólo debemos tener en cuenta unas estrategias de composición y unas estrategias de apoyo, sino que es importantísimo tener en cuenta unos datos complementarios sin los que nos sería imposible crear un buen escrito, y que debemos enseñar a nuestros alumnos para que sean capaces de tener la autonomía suficiente para redactar sus propios textos.
Pero, ¿a qué se refiere Cassany cuando habla de las ESTRATEGIAS DE COMPOSICIÓN? Según él, a la hora de escribir no basta con conocer el código escrito, sino que también debemos tener en cuenta otros aspectos. Por ejemplo, siempre debemos tener presente a quién va destinado nuestro texto: qué cosas pueden interesar a nuestros receptores, qué nivel cultural tienen, qué impresiones se desea provocar... También debemos planificar una estructura antes de ponernos a escribir, ya que sin ella el texto muchas veces carecería de un sentido final, albergando tan solo ideas sueltas sin conexión alguna entre ellas. Y por supuesto, siempre hay que releer el texto conforme lo vamos creando, no solo al final, revisando y retocando el escrito las veces que sean necesarias y reformulándolo conforme se va creando, incluyendo ideas nuevas que pueden ir surgiendo a lo largo del proceso de creación.
¿Y qué quiere decir Cassany cuando habla de que LAS ESTRATEGIAS DE APOYO son importantes para la creación de un buen texto? Si tenemos alguna deficiencia gramatical (ortográfica, morfológica o sintáctica) o léxica deberemos utilizar alguna técnica por la que usando el código adquirido podamos suplir la dificultad a la que nos enfrentamos. También podemos usar reglas ya aprendidas o consultar una fuente externa, como diccionarios, vocabularios o gramáticas. Si las deficiencias son textuales (problemas de coherencia, cohesión, adecuación y disposición en el espacio) se consultarán igualmente fuentes externas. Y si la deficiencia es de contenido, se pueden crear nuevas ideas a partir de los conocimientos que ya tenemos sobre el tema que queremos escribir o echar mano de información en libros, Internet, documentales...
Por supuesto, veo muy importantes estas estrategias de composición y de apoyo de las que habla Cassany a la hora de crear un escrito. Pero lo que más me ha gustado de lo que dice el autor en este capítulo es el último de sus apartados, cuando habla sobre la importancia de tener unos datos complementarios para poder crear un texto de calidad. Es decir, habla de la importancia que tiene el saber hacer ESQUEMAS Y RESÚMENES  para ser un buen escritor. Y es que lo que decimos en un texto no siempre nos lo inventamos o creamos de la nada, sino que en muchos casos debemos escribir textos académicos como exámenes, trabajos o reseñas en los que lo que se dice se extrae de otros textos, y para hacer un buen escrito es necesario saber leer y resumir escritos.
Entonces, ¿cómo aprendemos a leer? ¿No aprendemos todos por igual cuando somos pequeños? ¿Leer no es simplemente interpretar un código escrito que aprendemos desde pequeños y en el que se nos cuentan historias o datos de forma lineal, en el mismo orden en el que aparece el código escrito? La respuesta es NO. Cuando leemos sí que descodificamos el código escrito de manera lineal, pero no hacemos de la misma forma interpretar lo que allí se nos cuenta. Los textos están llenos de ideas con relaciones de causa-efecto, de ideas con relaciones jerárquicas entre ellas... y solo seremos capaces de interpretar adecuadamente el contenido de un escrito si nosotros reconstruimos y ordenamos ese texto en nuestra cabeza y lo convertimos en una estructura abstracta y jerárquica. Debemos utilizar una serie de estrategias como el repaso, la paráfrasis o la interpretación de las relaciones causales de los elementos semánticos para interpretar bien un escrito. Y nos preguntamos: ¿cómo se puede conseguir eso? ¿En qué momento se queda atrás un alumno que no sabe formar esta estructura  abstracta en su cerebro? Cassany tiene una respuesta a este último interrogante: en el momento en que no aprende a esquematizar y resumir los escritos que lee. Para Cassany es fundamental aprender a esquematizar los escritos. ¿Y cómo se aprende a hacerlo? Pues a través de representaciones gráficas del texto (tanto de su estructura como de su contenido) por medio de esquemas jerárquicos de líneas y flechas, ("flowcharting" o  diagramas). Este será el mecanismo que después utilicemos también para crear nuevos textos de calidad. ¿Qué vamos a conseguir con este tipo de ejercicios que sugiere el autor del libro? Pues en primer lugar aprenderemos a inducir las relaciones de causalidad entre las ideas del texto. También vamos a relacionar elementos que no aparecen contiguos en la redacción del texto, a seleccionar las frases importantes (no son siempre las primeras frases de los párrafos), a tener más facilidad para comprender y a señalar las relaciones causales entre los elementos del texto y, por último, a tener un mayor dominio del uso de los marcadores discursivos (conjunciones, enlaces...).

Igual de importantes que los esquemas son los resúmenes, según Cassany. Las estrategias que se utilizan para realizar resúmenes de un texto leído son las mismas que luego nos van a ayudar a crear nuestros propios escritos. ¿Y cuáles son esas estrategias? Pues seleccionar las frases de un texto tanto porque el autor las considera importantes como porque les interesan a los alumnos, transmitir más ideas utilizando un menor número de palabras y dominar la síntesis y la abstracción (creando frases nuevas que resuman informaciones de extensos fragmentos y construyendo coherentemente oraciones nuevas combinando distintos elementos importantes del texto, sin copiar).

Por lo tanto, después de leer este capítulo del libro Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir, me quedo con la idea de lo importante que es, desde que nuestros alumnos son pequeños, enseñarles a hacer resúmenes y esquematizar por medio de ejercicios sencillos y divertidos, que hagan que puedan representar en sus mentes jerárquicamente y no linealmente las ideas que se les presentan en un texto. Igualmente importante es que aprendan también a identificar la información relevante del texto y después transformar esa información en frases abstractas, sintéticas, económicas y propias. Si nosotros, como maestros y profesores, conseguimos por medio de nuestras clases y actividades esto, nuestros alumnos no solo comprenderán perfectamente lo que leen, sino que después, junto con las estrategias de composición y apoyo, serán capaces de ser unos buenos escritores.